Si lo prefieres, puedes escuchar esta entrada en vez de leerla:
Timelapses e Hyperlapses: Horas y metros convertidos en segundos y centímetros
Tanto timelapses como hyperlapses son el complemento ideal para cualquier producción de vídeo. Su producción y postproducción requieren una mayor inversión de tiempo por segundo que el vídeo tradicional, pero los resultados capturan la atención del espectador y contribuyen a retenerlo en pantalla y aumentar así el tiempo de visualización de los contenidos en los diferentes canales de difusión.
La fotografía de timelapse o de lapso de tiempo es una técnica mediante la cual la frecuencia con la que se capturan los fotogramas de la película (la velocidad de fotogramas) es mucho más baja que la utilizada para ver la secuencia. Cuando se reproduce a velocidad normal, parece que el tiempo se mueve más rápido. Por ejemplo, una imagen de una escena puede capturarse una vez por segundo, luego reproducirse a 30 fotogramas por segundo; el resultado es un aparente aumento de velocidad de 30 veces. Así, procesos que normalmente serían sutiles para el ojo humano, como por ejemplo el movimiento del sol y las estrellas en el cielo o el crecimiento de la planta se vuelven mucho más pronunciados.
Una variante del timelapse es el llamado hyperlapse (o también walklapse, spacelapse, stop-motion time-lapse o timelapse móvil). En su forma más simple, mediante el hyperlapse se logra una hipervelocidad moviendo manualmente la cámara una corta distancia entre cada disparo. El hyperlapse se basa en el mismo principio básico que el timelapse, pero agrega movimiento en distancias mucho más largas. Este movimiento generalmente se logra montando la cámara en un trípode y moviéndola manualmente una corta distancia entre cada disparo. Esta técnica me permite utilizar exposiciones prolongadas para crear desenfoque de movimiento. La secuencia de imagen resultante se edita y estabiliza en la postproducción, obteniendo así tomas que son imposibles de lograr con una cámara de video.
