Mdina, la Ciudad Silenciosa | Malta
Mdina, la Ciudad Silenciosa
Mdina, la Ciudad Silenciosa, la Ciudad Vieja, la Ciudad Notable, tanto nombres para la que otrora fuera la capital de Malta. Situada en una colina en el centro de la isla, esta ciudad medieval amurallada data de la época de los fenicios. Su población actual es de poco más de 300 personas y es contigua a la localidad de Rabat, cuyo nombre proviene de la palabra árabe que significa “suburbio” y en la que habitan algo más de 11.000 personas.
Se cree que Mdina fue primero habitada y fortificada por los fenicios alrededor del año 700 antes de Cristo. Llamada Maleth, se beneficiaba de su ubicación estratégica única, en uno de los puntos más altos de la isla y a la máxima distancia posible del mar. Durante el Imperio Romano, Malta se convirtió en municipium, y el gobernador romano construyó su palacio en Mdina. La tradición sostiene que el apóstol San Pablo residió en la ciudad después de su histórico naufragio en las islas.
De esta época y ubicada fuera de las actuales murallas, se encuentra la Domus Romana, la Villa Romana descubierta en 1881. Dentro tendremos la oportunidad de admirar su atracción principal, el piso de mosaico, alrededor del cual se construyó el edificio actual para protegerlo. También se encuentran en exposición artefactos de cerámica y bustos de Tiberio.
El nombre y el diseño de la ciudad reflejan la época fatimí, que duró hasta la conquista normanda. Fueron estos últimos los que rodearon la ciudad con gruesas murallas defensivas y ampliaron el foso, separándola así de la cercana Rabat.
Cuando Malta pasó a manos de la Orden de los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, en el año 1530 AD, Mdina fue la anfitriona de la ceremonia pública en la que cada Gran Maestro juró proteger las islas de Malta y los derechos de sus súbditos.
Uno de los puntos de acceso a Mdina a través de las murallas defensivas es la Puerta Monumental, diseñada por el arquitecto e ingeniero francés Charles François en 1724. Aunque la entrada actual no es la original, que se encuentra a unos 5 metros a la izquierda.
Fue el fuerte terremoto en 1693 y las posteriores obras de restauración las que permitieron la introducción del estilo barroco presente hoy en la ciudad, como es el caso de Cas Viani, la casa del notario Bezzina, ubicada poco más allá de la Puerta Monumental, desde cuyo balcón fuera arrojado un comandante francés dando comienzo así al levantamiento de Malta contra los franceses en 1798.
También la Catedral de San Pablo fue víctima del terremoto, y fueron los Caballeros de Malta quienes la reconstruyeron, bajo las órdenes del arquitecto maltés Lorenzo Gafa. Se dice que la catedral fue construida en el lugar donde se supone el gobernador Publio conoció a San Pablo después de su naufragio frente a las costas de Malta.
La mayoría de los palacios de Mdina sirven en la actualidad como viviendas particulares. De entre ellos destaca el Palazzo Falson, que se encuentra abierto al público desde 2001 y cuenta con 45 extraordinarias colecciones que entre las que se encuentran pinturas, platería, muebles, alfombras orientales y joyas, armaduras y también una notable biblioteca que contiene más de 4.500 libros y algunos manuscritos muy valiosos.
Otro sitio a destacar es el Priorato Carmelita, el único priorato en Malta abierto al público cuya iglesia sigue en funcionamento y en la que los frailes carmelitas, que viven en el segundo piso, celebran misa temprano por mañana.
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2 Comentarios
Calles estrechas y con ese color crema característico de la piedra con la que construyeron los edificios… nos gustó mucho Mdina.
La llegada de los Caballeros le quitó la “capitalidad” pero los siglos en que la ostentó han dejado mucha huella en ella.
Efectivamente, Salta Conmigo. Mdina es preciosa… perderse por sus calles sin rumbo fijo siempre depara sorpresas agradables… y hacerlo mientras anochece permite ir viendo como el entorno va cambiando lentamente de tonos, convirtiendo la ciudad en un laberinto iluminado por tenues farolas del que uno casi no tiene la necesidad de salir.