Tromsø: una razón más para visitar Noruega
Tromsø: una razón más para visitar Noruega
Como si nos faltaran razones por las que visitar Noruega, aquí vamos con un resumen bastante fotográfico de un paseo que nos llevará por todo Tromsø, para que comprobéis gráficamente por qué deberíais visitarla durante vuestro próximo viaje a Noruega, aprovechando los días de sol eterno que podemos disfrutar durante 76 días entre mayo y julio gracias al Sol de Medianoche.
Comenzamos nuestro recorrido de un día a lo largo y a lo ancho de Tromsø. Nuestro punto de partida será Polaria, el acuario más septentrional del mundo.
Polaria abrió sus puertas en mayo de 1998 y está diseñado para ser una experiencia educativa, con especial énfasis en los niños. Ya su exterior atrae nuestra atención por su llamativo diseño, una especie de representación de los inmensos témpanos de hielo que podemos encontrar en el Mar del Ártico. Su moderno estilo arquitectónico parece querer hacerse eco de la Catedral Ártica, ubicada en Tromsdalen, la parte continental de Tromsø, al otro lado de la bahía… pero todavía no hemos llegado allí…
Polaria cuenta con un inmenso cine panorámico de cinco pantallas en el que podremos apreciar la belleza del norte de Noruega en toda su magnitud. Una de sus principales atracciones es la piscina central habitada por un grupo de focas barbudas, que parecen estar siempre preparadas para entretenernos con sus piruetas. También destaca su pasarela sumergida, un túnel transparente que discurre por debajo de uno de los recintos cerrados y que nos permite observar a los animales en su ambiente natural.
A pocos metros de la salida de Polaria, el explorador Helmer Hanssen nos da la bienvenida antes de iniciar nuestra visita al Polstjerna. Este noruego nacido en Bjørnskinn, en la isla de Andøya, participó en la búsqueda del Paso del Noroeste de Roald Amundsen. También fue una de las primeras cinco personas, junto con Amundsen, que llegaron al Polo Sur el 14 de diciembre de 1911, por lo que fue galardonado con la Medalla del Polo Sur.
El Polstjerna, literalmente “Estrella del Norte”, fue el buque insignia de la flota noruega dedicada a la caza de focas. Atrás han quedado sus tiempos de gloria, pero luce en todo su esplendor dentro de la estructura acristalada que lo protege… Si los noruegos saben algo es aprovechar la luz del sol al máximo… esta obra de Knudsen es un digno ejemplo de ello. El barco realizó 33 temporadas de caza en el hielo, en las que, con sus 28,3 m de largo y 7 m de ancho, han cazado unas 100.000 focas. Aunque hoy estas cifras suenan como algo terrible, en aquellos tiempos la pesca de focas era uno de lo motores de la economía noruega.
Completamos nuestra visita dirigiéndonos a la parte inferior del dique seco donde reposa el Polstjerna, donde encontramos la exposición Snowhow, en la que se resume cómo era en el pasado la forma de vida de los inuit y los saami, los pobladores originarios de Noruega.
Siguiendo nuestro recorrido por Tromsø, a unos metros más al noreste, nos encontramos con la imponente fábrica de cerveza Mack. Todo un símbolo de la ciudad y de Noruega. Además de las visitas guiadas que se organizan a diario podremos disfrutar de espléndidas variedades de cervezas en su bar…. Cuidado: no os asustéis que en algún rincón os espera un oso polar… El que avisa no es traidor… 🙂
Hasta que en noviembre de 2012 trasladó su producción a Nordkjosbotn, era considerada (adivinad) la cervecería más septentrional del mundo. Fue fundada en el año 1877 en Tromsø por Ludwig Markus Mack, hijo de un inmigrante alemán y, después de más de 130 años de historia en Noruega, sus cervezas conservan aún un particular carácter alemán.
Con nuestra sed saciada, continuamos nuestro derroteo por Tromsø. A medida que caminamos por sus calles vamos comprobando al apreciar su arquitectura uno de los motivos por los que esta ciudad era conocida, a comienzos del siglos XX, como la “Venecia del Norte”. El centro de la ciudad alberga la mayor cantidad de antiguas casas de madera del norte de Noruega. La más antigua de ellas data de 1789.
Caminamos algunas calles más y llegamos a Kirkeparken (la plaza de la iglesia) donde se erige, imponente, la Tromsø Domkirke.
La Catedral de Tromsø está construida en estilo neogótico y es probablemente la catedral protestante más septentrional del mundo. La estructura fue terminada en 1861, con Christian Heinrich Grosch como arquitecto y es la única catedral de madera de Noruega.
Atraídos por la brisa fresca que trae olores de mar desde el fiordo a orillas del cual se encuentra Tromsø, nos dirigimos hacia la zona donde Hurtigruten hace de las suyas atracando y zarpando con precisión noruega. Si señores… Creo que hasta le ganan a los suizos en precisión. Varias veces al día es posible ver sus cruceros amarrando y zarpando para que sus pasajeros puedan disfrutar de Tromsø durante algunas horas. Hurtigruten visita Tromsø con regularidad, y sus paradas son de 4 horas el quinto día después de haber zarpado de Bergen en dirección al norte. Si optáis por esta opción y os apuráis un poco, esta entrada os puede ser útil. Si os falta algo de tiempo y hacéis el viaje de ida y vuelta, el octavo día de travesía Hurtigruten atraca a las 23:45 nuevamente en Tromsø. Apuraos a salir a cubierta y mirar el cielo. Tenéis 15 minutos para ver el sol de medianoche sobre Tromsø. Si queréis hurgar un poco en el día a día de su flota, podéis ver la ubicación de toda la flota en este mapa y sus respectivas webcams que se actualizan sus imágenes cada 10 minutos en. Si queréis consultar los horarios, podéis hacerlo en su web.
Desde aquí, y medida que caminamos a lo largo del muelle, ya apreciamos la última parada de nuestro recorrido, el monte Fløya con la Catedral Ártica a sus pies, que luce imponente aún a la distancia al otro lado del fiordo. Casi dan ganas de cruzar ya mismo… pero el agua parece estar bastante fría… por lo que creo que es mejor sigamos caminando un poco más allá… hasta donde el Tromsøbrua nos hará el cruce mucho más fácil 🙂
Siguiendo en dirección al Tromsøbrua, que cada vez nos parece más inmenso a medida que nos vamos acercando a el, nos encontramos paseando por la marina del puerto… Mientras nuestra mirada pivota en el Fløya, al girar y volver un poco sobre nuestros pasos apreciamos como reflejan en las tranquilas aguas del fiordo los coloridos edificios del puerto..
Entre estos edificios se encuentra, casi como queriendo pasar despercibido, el Museo Polar. A sus puertas nos espera otra estatua, que parece hacer guardia ante él, es la estatua de otro gran explorador… de los tiempos en los que parecía estaba todo por descubrir… es el busto del gran Roald Amundsen.
Roald Amundsen Engelbregt Gravning, el gran explorador noruego de las regiones polares, dirigió la expedición a la Antártida entre 1910 y 1912, y fue el primero en llegar al Polo Sur el 14 de diciembre de 1911. En 1926 fue el primer líder de expedición en haber alcanzado el Polo Norte. También es conocido por llevar a cabo con éxito la primera expedición para atravesar el Paso del Noroeste del Ártico entre 1903 y 1906. Desapareció en junio de 1928 en el Ártico mientras participaba en una misión de rescate en avión de otros compañeros exploradores… vaya historia la de este notable Noruego…
Por fin llegamos a los pies del Tromsøbrua. El puente de Tromsø cruza el estrecho Tromsøysundet, entre Tromsdalen, en el continente y la isla de Tromsøya. Sus 58 tramos suman en total 1036 metros y alcanza una altura máxima de 38 metros. Cuando fue inaugurado en 1960 fue el puente más largo de Europa del Norte y fue el primer puente voladizo construido en Noruega.
Comenzamos a cruzarlo acompañados del sonido de la sirena del crucero de Hurtigruten que anuncia su partida… ¡espero no sea el vuestro! 🙂 A medida que comenzamos a cruzarlo y nos vamos alejando del nivel del suelo, vamos viendo poco a poco la real dimensión del enclave en el que se encuentra Tromsø, en una pequeña isla atrapada entre el continente y otra isla de mayor tamaño todos formando parte del mismo fiordo.
Estamos ya a 38 metros de altura… en la parte más alta del puente. Nuestro ojo de fotógrafo nos dice que el crucero que acaba de zarpar pasará justo por debajo nuestro. Nos detenemos un rato a comprobarlo y mientras, como casi siempre, nos distraemos fotografiando las vistas. Efectivamente… la nave parece intentar arremeter contra el puente… nos apresuramos a fotografiarlo… ¡navega más rápido de lo que parece! Saludamos a los 1000 pasajeros que pasan debajo de nosotros… aquellos que aprovechan la partida para pasar un rato en la cubierta, nos devuelven el saludo… Tonterías que uno hace… Cuando vuelva algún día por mar a este puerto, seguramente miraré a este punto donde nos encontramos y suspiraré al recordar mi primera visita a este país que se empeña en dejarnos boquiabiertos cada día.
Seguimos nuestro camino… Nos faltan exactamente 518 metros para llegar al otro extremo del puente… Nos espera la Catedral Ártica al otro lado.
Casi llegando nos encontramos con un tentador letrero que ya nos indica el teleférico que nos llevará por fin hasta la cima del Fløya, desde el que planeamos disfrutar del mítico Sol de Medianoche. De momento evitamos la tentación y nos paseamos alrededor de la magnífica estructura….
La Catedral Ártica, conocida formalmente como Iglesia Tromsdalen, fue construida en 1965. Diseñada por el arquitecto Jan Inge Hovig, a menudo es llamada “la casa de la ópera de Noruega“, comparándolo con la famosa Ópera de Sydney en Australia, aunque yo prefiero quedarme con el vínculo arquitectónico que mencionamos al comienzo, relacionando su parecido con el edificio que alberga Polaria.
Seguimos nuestro camino hacia el teleférico… Atravesamos alguna calles de lo que podemos considerar un típico barrio noruego… Casas en emplazamientos espaciados, austeras y con estilo, abiertas para aprovechar el sol… Es interesante como los noruegos valoran la soledad…
Por fin… estamos a los pies del Fløya… Se nos presentan 2 opciones… teleférico o caminar… Afortunadamente nos decidimos por el teleférico… Nos damos cuenta de cuan acertada fue nuestra decisión al ver desde el teleférico cual es el camino por el que se sube…. más que decir subir… diría trepar… otra de las grandes pasiones noruegas… El deporte al aire libre…
Trepar 421 metros al estilo noruego no es lo nuestro, por lo que el teleférico que funciona de 10 am hasta la 1 de la mañana del 20 de mayo al 21 de agosto y de 10 am a 10 pm del 21 de agosto al 19 de mayo. Podéis comprobar aquí los horarios del Fjellheisen. Una buena opción a tener en cuenta es que es posible comer o cenar con unas magníficas vistas de Tromsø en el Fjellstua Café, tanto bajo el Sol de Medianoche como de la espectacular Aurora Noruega.
En la estación de llegada, además del Fjellstua Café, se puede acceder a un mirador desde el que podemos apreciar las increíbles vistas. Una opción recomendable si hace un poco de mal tiempo. De no ser así, recomiendo salir de la estación y dirigirse hacia el sur. Un sendero que discurre a lo largo del collado nos permite apreciar desde un punto más natural el enclave donde se encuentra Tromsø.
Paso a paso las vistas van sorprendiendo más y más. Hemos tenido la oportunidad de visitar Tromsø durante el verano, donde reina el Sol de Medianoche. Verlo reflejado en el fiordo mientras convierte a sus aguas en un inmenso espejo que rodea la isla impresiona y, aunque por momentos es casi cegador, no podemos dejar de mirarlo. Un poco más allá llegamos a un saliente de vértigo que no hace más que confirmarnos que visitar Noruega te deja boquiabierto.
Nos dejamos estar un rato… es casi difícil ponerse la cámara delante… no queremos perdernos el espectáculo… y así se nos hacen las 12 de la noche… fotos del Sol de Medianoche… y… ¡Corriendo al funicular! ¡Que el último baja a la 1 de la mañana!
Aprovecho el final de la entrada para saludar a Jose David Jurado de Viajar Comer y Amar, compañero de caminatas a lo largo y a lo ancho de Tromsø, que en estos tiempos esta viajando, comiendo y amando por tierras lejanas en un constante viaje de ida…
10 Comentarios
Una muy buena descripción y mejores fotografias.
Felicidades por el trabajo.
Muchas gracias, Jordi! 🙂
La primera vez que escuché hablar de Tromso fue en un programa de radio sobre grandes exploradores polares y hablaban del Museo Polar. Me quedaban fascinado con las historias que contaban y siempre me dije que quería ir a visitarlo. Viendo ahora tus fotos… no me quedan dudas de que tengo que ir asap.
Ya por estas fechas han comenzado a aparecer tímidamente algunas Auroras Boreales… por si te faltaba alguna razón más, Rubén. 😉
Estupendas fotografías y caminatas por la ciudad de Tromso. Unos días intensos en un país espectacular que te pide que no te pierdas ni un detalle. Siempre nos quedará Tromso…
Abrazo!
Tromsø volveremos! ¿No es así JD? 🙂 🙂
¡Menudas fotografías Aníbal!
Eres un verdadero crack del Sol de Medianoche. Me quedo meditando con la de historias que podrían suceder en estos bellos parajes que bien podrían esconder seres mitológicos e historias de arrugados marineros.
Noruega inspira de todo, Ana Isabel! Y eso que solo he visitado una región… espero pronto volver!
¡Guauuu, que imágenes más bonitas Anibal! y además bien complementadas con tus explicaciones :-). Sin duda, empezaremos a tenenr en cuenta Noruega como destino futuro, los lugares que muestras en esta entrada son para enamorarse de este país.
Sludos!
No lo dudes, Eva! Noruega da para ser visitada a todo ritmo, desde el trekking al caravaning! 🙂